1 oct 2013

BREVIARIO DE LA POÉTICA DE ARTURO CORCUERA


                                                                  Dimas Arrieta Espinoza

La aparición de Breviario de Santa Inés (Lima: Lustraeditores 2009), de Arturo Corcuera, en impecable edición, gracias al poeta Víctor Ruiz. Antología del itinerario poético que los años se han encargado de elegir y que conforma una poética única y personal, de gran aporte a la poesía peruana.

         Arturo Corcuera es un poeta de oficio, con largas décadas en el combate afectivo y efectivo con el lenguaje. Creador de un mundo personalísimo de beneficios inmensos para la poesía. Noé Delirante (1963), por ejemplo, es una poética de irresistibles encantos verbales y de sólido manejo de los recursos expresivos. Creemos que, a Corcuera, solo le basta este libro para tener un espacio en la historia de la poesía peruana.

         Perteneciente a la Promoción de poetas de 1960, y a la Generación (60-70), donde los vientos anglosajones peinaban la inspiración de los vates, no solo en el Perú, sino en todo Sudamérica; desde aquel entonces pareciera que un solo poeta fuera el autor de toda la poesía escrita, incluso, en lengua hispánica. Esto lo evidencian las antologías de poesía hispánica publicadas recientemente desde 1950 hasta el 2000.

         Mientras tanto, Arturo Corcuera, entre otros, pusieron resistencia a esas modas e insistieron en lo que venían haciendo los de la Generación (40-50) de la poesía peruana, de persistir en la tradición de la poesía española, pero con los aportes de la modernidad de la lírica contemporánea. Poesía que,  en cuyo soporte lírico, consistía en el trabajo de orfebrería con el lenguaje y la fijación del verso con el poder de síntesis que siempre ha identificado a la poesía de siempre.

          La entrega que nos hace Arturo Corcuera con Breviario de Santa Inés, una selección de sus mejores páginas, diríamos mejor así: es una antología de su poética personal donde propone una mirada desde las intimidades de sus vidas en una universalización del arte mayor que viene a ser la poesía. Pero, como diría Jorge Luis Borges: “Nadie puede compilar una antología que sea mucho más que un museo de sus ‘simpatías y diferencias’, pero el Tiempo acaba de editar antologías admirables. Lo que un hombre no puede hacer, las generaciones lo hacen”.

         Creemos que, Arturo Corcuera, acierta con este sólido muestrario, primero de esclavizar la mirada observando la vida que nos rodean seres vivientes, en cuyos mundos de la ornitología, la fitología, entre otros, se contraen construyendo una biopoética, es decir, una poética de la vida. No es un juego lúdico con las palabras, sino es una conciencia que se sirve de lo lúdico del lenguaje para posesionarnos en la contemplación de la vida y la seriedad de una temática.

         La mayor parte de la poética de Corcuera, se ha caracterizado en la limpieza con el lenguaje, sin ripios, lejos de una retórica empalagosa con los anacolutos líricos, es decir, los versos que carecen de función o están demás en el poema: “Mientras la abeja liba, /mientras guardan el grano, / la cigarra, guitarra/ de la tarde, / incomprendida” (Pág. 13). Una poética trabajada con ese poder de síntesis, reiteramos, el verso corte pero dentro de la esencialidad de una imagen, y el jugo sabio de la metáfora.

         Hay poemas que escarban el misterio, pero que a la vez son un muestreo de un esencial lirismo, el poema: “Mito del ojo de la Luna” (pág. 34), evidencias estas características. Una poética familiar es la unidad temática del libro, en especial, el hogar: pasado (en la infancia), presente con los hijos en ese ir y venir que llegan y se van de la calle Santa Inés en Chaclacayo. Poemas perfumados de nostalgia, de amor filial a los seres queridos, y es allí donde el poeta Corcuera redondea grandiosas faenas líricas.
         La universalización de un tema se da en los espacios más altos del lenguaje. Creemos que, la poesía de Corcuera y en general, pareciera ser un confesionario, o no lo es pero sabemos que va más allá de cualquier categoría. Lo que suele ser la poesía, quizá, no lo permite otro arte; rehuir de la falsedad, no soporta ser el recipiente de un sentimiento que no está anclado en la realidad. Pues, los cordones de la sinceridad, ajustan cada palabra y cada verso. Y el poema que no está engrilletado en las sinceridades (así en plural), por más bello en sus imágenes y deslumbrante en sus palabras, simplemente es un poema vano y malo.

         Creemos que, el Breviario de Santa Inés, está construido sobre los altares del alma del poeta, donde la libertada canta, en sus diversidad de temas y de amores. Un canto íntimo pero con esas aristas universales de un lenguaje accesible a la emoción nostálgica del hogar y de la infancia del poeta: “Hace años que no voy al cementerio a / visitarte, abuela, Mamazoila, Mamatola en / nuestra lengua de pilluelos, mascullar / cariñoso con el que te bautizamos para siempre. / Es en el cementerio donde menos te busco y / menos te encuentro. / No acepto hasta hoy saberte ahí emparentada, / tapiada, rodeada de muertos desconocidos / que murieron sabe Dios de qué tristezas, de / qué tercas enfermedades, de que / padecimientos inconsolables” (58).

         Tanto los textos “Mamatola”, “Mi padre”, “Mi madre”, “Tía Victoria”, entre otros, son poemas que nos tocan a cualquier ser humano, porque son simplemente sentimientos humanos intensos y extendidos en versos de largo aliento rememorando esa presencia-ausencia de los seres queridos: “Ella sabe que la llamamos madre / cuando le decimos ti ¡Victoria! / ¡Cuánta Victoria en una sola tía! / En un confín de duelos y quebrantos, / que dichosa se siente la familia / celebrando su única Victoria” (Pág. 61).

         Por eso, una poética esencial y personal, con una construcción verbal que sitúa a Arturo Corcuera en un orfebre diestro en mirar la vida de las cosas más sencillas y lo sencillo en las cosas más complejas, todo esto puesto en versos que resumen la vida humana: “Hago el amor que siempre puedo (siempre / que puedo) en todas sus formas: escribiendo / de tal laya que me entiendan hasta las / mariposas (me sé de paporreta su silabario / multicolor), arrancando la hierba mala y los abrojos del camino” (Pág. 67).

            Creemos que, estas páginas, cuya selección la ha hecho el propio autor son un acierto, textos redondos, de finos versos, donde algunos textos, a pesar del tiempo transcurrido mantienen esa frescura del día en que nacieron. Para finalizar,  como nos dice el poeta Arturo Corcuera: “Es el poeta mar y al mismo tiempo río / y como mar y río no encontrará reposo.”        



24 sept 2013

NOCHE PAMPINA - CARLOS ZÚÑIGA SEGURA




 Música del maestro Riber Oré para el poema de Carlos Zúñiga Segura y en la cual se inspiró para componer esta estupenda producción que acompaña sus textos en este vídeo.


NOCHE PAMPINA
Noche pampina de velo lúgubre
luces  paisajes en quietud de espectros.
Noche pampina sin blanca luna
llena de inmensa desolación.

Noche pampina distante y muda,
llena de ninfas y lotos en flor.
De sueños azules que impía agredes
y hieres secreta el corazón.

Noche pampina refugio de penas,
de jilgueros y torcazas en primavera.
Bajo tu manto los ojos vierten
lágrimas puras de intenso amor.

Noche pampina tatuaje de mi sangre,
hilandera de recuerdos y esperanzas.
En mis horas juveniles canto tu nombre
y que alumbre, la memoria de la vida.


Carlos Zúñiga Segura (Tayacaja) ha publicado los siguientes libros de poesía: Inauguración de la ausencia, Imperio del azar, Hijos del arco iris; Espíritu del violinista, Ángeles en sandalias azules, entre otros títulos.




23 sept 2013

GONZALO MARIATEGUI, Y EL SOLAR DE LOS TRES PATIO


                                                                                  Dimas Arrieta Espinoza

Un año después de su publicación El solar de los tres patios (Ediciones El Nocedal, 2012), novela de Gonzalo Mariátegui, su lectura nos convoca a una gran reflexión: el oficio y el beneficio que deja la literatura en la construcción espiritual de los seres humanos. Creemos que, en dos mil años con la presencia de la escritura, hemos avanzado más de lo que en cientos de años el hombre no lo había hecho.

Efectivamente, desde que apareció la escritura hace más de dos mil años, con la perfección que le dieron los griegos a los hallazgos encontrados por los fenicios, hacía más de siete mil años, las ganancias han sido notorias y notables en la evolución de los seres humanos. Largo ha sido el camino en que las civilizaciones, de distintas y distantes culturas, se han enriquecido con la inyección propuesta por la escritura, en especial, llevando imaginación para el crecimiento y desarrollo de la humanidad.

            Por eso, reclamamos y pedimos que los colectivos de la sociedad peruana que discutan y lean lo que producen sus escritores. No solo es como mirar los espejos de una realidad virtual, sino entrar a esos campos de la ficción, y ¿qué es la ficción literaria? No es producto de la fantasía ni la mentira, tampoco es el calco y la copia de la realidad. No. Simplemente, es la recreación de la realidad. En eso se ha convertido la literatura en estos últimos dos siglos.

Hay que tener en cuenta que la novela es un producto nuevo y moderno, nuevo porque dentro de una gran sociedad las novedades aparecen porque siempre son provocadas por la misma evolución de los seres humanos. Moderna, porque es un producto de las sociedades desarrolladas o que están en camino hacia el desarrollo, muestran sus rostros diversos y desnudan sus interiores de sus fortalezas y debilidades. 

Por eso la novela moderna se intimida, se interioriza en sus extractos sociales para desnudar las falsas representaciones y quitar las máscaras que nos imponen las modas. La novela moderna nació en los países que estaban camino a su industrialización y modernidad. Algunas sociedades se desperezaban de su letargo, y otras ya mostraban su descomposición a medida que la literatura las exploraba.

Novelas que son confesionarios colectivos, a pesar de estar escritas por un sujeto que se multiplica y se desdoble, se hace pueblo y pueblos, ciudad y ciudades, institución e instituciones, mundos externos o internos  a su realidad, y se convierten en retratos de sociedades que muestran su fealdad: envidias, codicias, fracasos,  sueños por alcanzar lo que nunca se va a poder llegar a tener. En El solar de los tres patios, Gonzalo Mariátegui, nos pinta con palabras los campos de la experiencia humana vivida por los artistas en la “Escuela de Bellas Artes de Lima”, vaivenes cotidianos en una institución artística.

Dos personajes centrales, llevan los rieles de la trama: la novela expone hechos exógenos que repercuten en la vida institucional educativa. La política y sus trampas y salidas dañan la buena marcha de las instituciones que deben preservar un auténtico comportamiento de independencia, tanto por su posición formadora y docente, como por capacidad de generar cultura y desarrollo. Gonzalo Mariátegui señala  con puntualidad esos laberintos, que se manifiestan en los universos de los artistas plásticos.   

Esta es la razón de ser por lo que estamos hablando de un libro de trascendencia e importante para los peruanos como el que nos ha regalado Gonzalo Mariátegui. No solo este libro está bien escrito, sino que la novela nos plantea una buena historia, que se interioriza en uno de los fragmentos de la sociedad peruana, en el mundo de los artistas. Nos muestra ácidas escenas de conspiraciones, de fatales orgullos e individualismos que perjudican instituciones, sobre todo, el egoísmo humano que tiende a lo insensible de lo inhumano. 

            La elaboración de un libro de arte verbal, como es la novela, demanda seguir caminos silenciosos, de reflexión, de conocimiento, de afinar bien el aparto lingüístico para sensibilizar, primero al propio escritor, y luego buscar el nosotros mismo con el tema, para poder encontrarnos en las paredes del tiempo que nos permiten mirar lo que ha pasado y nos pasa con mucha frecuencia. Desde esos planos se recrea los acontecimientos y se vuelven hechos literarios, un mundo representado que viene hacer los espacios textuales.

            La construcción de la trama oscila muchas veces en las visiones de Europa a América, y desde el Perú hacia el arte europeo. Los personajes retratan y son ellos mismos retratos de la sociedad limeña. Aparecen las costumbres hípicas junto a los mercaderes del arte y las galerías. Una propuesta desde la literatura, especialmente desde el género de la novela, para mirar hacia otra orilla hermana en el arte, como es los universos de la pintura. Una novela que enriquece la tradición de la narrativa peruana.


            Gonzalo Mariátegui, nos ha entregado una historia contada desde el mismo fogón de la experiencia artística. Por eso, esta novela no solo queda en la sugerencia, sino tiene el respaldo de las certezas de escribir lo que se ha vivido en la intensidad del ejercicio y batalla por lo que más se persiste en esta vida.    

20 sept 2013

EDITORIAL UNIVERSITARIA UNFV: LA POESÍA QUECHUA Y “EL PREMIO NACIONAL FEDERICO V...

EDITORIAL UNIVERSITARIA UNFV: LA POESÍA QUECHUA Y “EL PREMIO NACIONAL FEDERICO V...:                                                                                          Dimas Arrieta Espinoza A propósito de la publica...

EDITORIAL UNIVERSITARIA UNFV: NIEBLA DE LAS PENAS, EN LA POESÍA DE NORA ALARCÓN

EDITORIAL UNIVERSITARIA UNFV: NIEBLA DE LAS PENAS, EN LA POESÍA DE NORA ALARCÓN:                                                                                                                                        ...

POÉTICA COMPLETA DE MAGDA PORTAL


                                                                                                              Dimas Arrieta Espinoza
Acaba de aparecer el libro Obra poética completa (Fondo de Cultura Económica: 2010) de Magda Portal, Edición, prólogo, notas y cronología  por Daniel R. Reedy. Una de las poetas y mujeres más representativas del siglo pasado, circunscrita su propuesta dentro de las poéticas experimentales.  Notable luchadora social y dirigente política (Lima, 1900-1989).

Creemos que, es más que un acierto, lo hecho por la gran editorial mexicana FCE, decidir publicar la obra completa de María Magdalena Julia Portal Moreno, (Magda Portal), la ciudadana peruana que por su militancia política sufrió destierros, persecuciones, sinsabores de la vida que los supo asimilar dotando su poesía de esa atmósfera, en alianza con un lenguaje nuevo para decir y nombrar las cosas.

Perteneció a una prodigiosa generación de poetas vanguardistas, estructura mayor donde no solo se fortalece la tradición de la lírica peruana, sino que hicieron posible que el idioma castellano se enriqueciera con sus aportes. Nombres como los de César Vallejo, Enrique Peña Barrenechea, Martín Adán, Xavier Abril, Carlos Oquendo de Amat, Alejandro Peralta y los Orkopata, entre otros. Formaron la primera Generación de la poesía peruana que llegó incluso hasta 1940.

Con esta edición se le hace justicia, y más aún abriendo una librería del FCE, en el centro de Lima con su nombre y editando este libro. Hermoso gesto teniendo en cuenta que, fue ella quien “gestionó la Instalación del Fondo de Cultura Económica en Lima, en 1961, y fue su primera Directora-Gerente.” Reconocimiento y justo homenaje que hoy se le hace a una de las primeras mujeres entregadas a las luchas sociales y en paralela a la creación literaria.

Como sabemos, empezó su carrera literaria con el reconocimiento elogioso de José Carlos Mariátegui, quien convocó los entusiasmos y las expectativas de la crítica de aquel entonces. Majestuoso auspicio que siempre se le quiso cuestionar al Amauta, pero hoy casi noventa años después, tomamos conciencia que ha sido acertada su apreciación, pues es una poética muy distinta a las anteriores y dotada de recursos expresivos afinados a una nueva lírica.

Desde Ánima absorta (1920-1924, inédito) hasta Vidrios de amor 1923-1924, también inédito), una poética cuya área temática funciona como círculos concéntricos y la unidad específica de estos primeros cantos giran en torno a la madre. Ella simboliza la mar, el amar, la vida misma y el amor sobre todas las cosas. Sin embargo, se intentan diálogos amorosos, y el sentimiento es como un fuego cruzado: “Que repercuta lejos / para que lo oigas tú, y todos, todos los que hoy ofende mi silencio” (Pág. 30).

Mientras que, con el libro Una esperanza i el mar (Lima, 1927), quizá el mejor poemario y la propuesta mayor trabajada no solamente como unidad temática, sino como un concierto de temas en un discurso vanguardista. Nuevamente la mar es el epicentro de las emociones, mosaico de sentimientos, pensamientos y reflexiones: “Soy un mar porque no hubiera sido un río / Un mar sin cauces / de verdes alegrías / y de profundas soledades / Un mar abarcador / de la Vida y de la Muerte / del parten i al que confluyen / todas las fuerzas de la vida” (Pág. 119).

Una esperanza i el mar, es un poemario que se encuentra dentro del corpus de los libros clásicos de la Vanguardia Peruana, como lo ha demostrado la reciente publicación de la Universidad Católica del Perú. Poemario profundo, cuya arquitectura verbal va a ser insuperable en el itinerario de nuestra poeta: “Todo viene de ti, Mar, todo viene, / toda vida te pertenece y por eso soy tuya, / el cielo que te copia y la tierra que te hurta, / y el hombre que te teme” (Pág. 155).

 Luego vendrán los poemarios, Costa Sur (1945), Constancia del ser (1965), publicados en vida, mientras que, Poesía interdicta, es obra inédita, 1965-1988) y también la sección Poesía a destiempo. Una poética en cuya naturaleza se hace visible la solidaridad, la sensibilidad social y la lealtad a los viejos principios.

Creemos que, esta edición de la Obra poética completa de Magda Portal, constituye y restituye la presencia de una voz no solo importante, sino decisiva para la modernidad de la lírica en el Perú.                


19 sept 2013

NIEBLA DE LAS PENAS, EN LA POESÍA DE NORA ALARCÓN

                                                                                
                                                                              
                                                                                   Dimas Arrieta Espinoza

En estos tiempos de modernidad y donde se hace a un lado las humanidades, una doble celebración nos motiva la aparición de un poemario como Malvas (Ediciones Casa tomada: 2013), de Nora Alarcón. Poeta que en nada nos hace sentir una voz de género, sino es el sentir y aliento de la poesía, esa fuerza verbal de una vida en cruzada firme con su realidad.

            Por lo tanto, es un libro de poesía y no un poemario, rectificamos.  No es una colección de los mejores poemas de la autora, que ha escrito en una época y se publican con un título sobresaliente, no, Malvas es más que eso. Está ensamblado bajo una unidad temática desde el primer texto hasta el último. Impactantes imágenes circulan y sugieren cada poema: “Tatuaste el olvido en un maguey / aparta de mí el viento que nos conduce al torbellino y al adiós.” (Pág. 12).

            Hay que tener en cuenta que Nora Alarcón (Ayacucho, 1967), anteriormente ha hecho propuestas poéticas interesantes como Alas del viento (2000), Alas de soledad (2005), y Bellas y suicidas (2010), discursos que han diseñado estos logros, ahora con Malvas, donde encontramos los derroteros y búsqueda de una voz propia y personal. Creemos que, ahora la poeta ha encontrado el epicentro en su discurso poético afinado a su propia identidad cultural y literaria. 
   
            La maduración verbal, en un poeta, es una fruta cuya dulzura se siente y se logra con el ejercicio de los años. La poeta Nora Alarcón logra con su libro Malvas, disfrutar de esa delicia. Esos hallazgos idiomáticos de elevar una lengua hacia un altar privilegiado, es decir, lograr la vigencia y consistencia en el tiempo. Ese privilegio se puede obtener con el arte mayor que viene a ser la poesía. Como sabemos, lo mejor de una lengua y  de una época se expresa en la magia de este viejo arte verbal.

Encuentros que potencian el idioma y fortalecen una tradición lírica como la peruana. El lenguaje, objeto y esencia de la poesía, recurre y conquista tamañas empresas, emprende proyectos verbales que singularizan una época, con sus tonos, con sus ritmos, que obedecen a esa buena madriguera verbal de un tiempo. El ejemplo más preciso lo apreciamos, con la publicación del libro Poetas peruanas de antología (Mascapaycha Editores 2009), del crítico literario Ricardo González Vigil,  con más de 660 páginas y con una visión completa de la producción lírica hecha por mujeres en el Perú.
Con estos antecedentes, la propuesta de Nora Alarcón, responde a una poética de su tiempo, a sus vivencias y experiencias exprimidas de los de las oscuras épocas que le ha tocado vivir: “Allí yacerán mis huesos marcados por los gemidos, inundados / por su tromba de amor. / Hasta que se liberen los aromas de los jazmines” (Pág. 28). Hay versos cuya fuerza significativa y sus compromisos no están en los enunciados explícitos, sino en la provocadora sugerencia de un mundo implícito.

Está su pueblo, sus paisajes, (Ayacucho), la presencia de su padre (el Morochuco), como un diapasón que administra los tonos de cada texto en el libro. Se despiden ciertas nostalgias, el pasado que solo sirve de un aviso y referente para que no vuelva a su destino.
“En Ayacucho y sus calles yo tenía ganas de fundirme
                                      con el calor o las palabras.
Devoré los poemas como las codornices los pétalos 
de los geranios.
Recorrí muchos kilómetros sentada en una cabuya.
Solo para tenerte.

Al final de este tránsito llegué adonde las nubes se juntan y disuelven.” (Pág. 23). 
Pero en todos los discursos está el amor, con diversos rostros de lo que fueron y son camino hacia el olvido. Por momentos es un libro duro, pero libertado en la esperanza, en un nuevo día alumbrado por el sol de la armonía. La tierra y los cielos ayacuchanos se dan cita en esta poética, a puro viento se hacen notar esas presencia únicas.

Los referentes regionales, los andes, el pueblo donde se desarrolló toda una infancia, se sienten hoy más que nunca y tienen presencia en este libro de poemas. Se suelda cuentas, se pacifican viejas heridas, se perdonan los sinsabores nacidos en las adolescencias porque son: 

“Niebla de las penas más duras, oculta de mí el abismo
                                                                 de su ausencia.
Déjame soñar con las rosas de las lápidas.
Ayúdame a recordar mi propia muerte en tus ojos.
Yo lo adoraba, niebla mía, pero mi amor fue derrumbado 
por la lluvia de su sonrisa suspendida que asfixia y parte.
Se fue con las calandrias y se convirtió en cenizas.
 Ahora el polvo es su refugio.” (Pág. 27).

Por eso celebramos este libro de poemas, porque en todos sus textos se buscan nuevas imágenes en viejos tópicos.